Powered By Blogger

martes, 11 de enero de 2011

La mitad del mundo


Lunes, 10 de Enero

Ayer fue un día muy tranquilo, nos quedamos en la casa, haciendo pereza, conversando y eso fue todo. Tratando de organizar un poquito lo que sigue de aquí en adelante.
Hoy sí fue un día súper agitado, hice muchas cosas. Me levanté como a las 9, y comencé a arreglar todo para ir a la mitad del mundo (más adelante les cuento con detalles). Desayuné e hice un sánduche para llevar, y también empaqué frutas (siempre trato de tener alguna). Era muy fácil llegar hasta allá, pues pasa un bus como a dos cuadras de la casa que me llevaría directamente hasta allá.

Pero el hermano de Lina (la novia de Camilo mi amigo); no tenía que trabajar, entonces dijo que me acompañaba. Llamó a un amigo suyo taxista, un ecuatoriano que me sirvió de guía, se llama Mario.
Llegamos a la mitad del mundo. Es un lugar en donde supuestamente se encuentra el “centro del mundo”. Hace más de 300 años llegaron unos científicos franceses a Ecuador e hicieron mediciones para establecer el punto cero. Y llegaron a la conclusión de que era éste.
Entonces el lugar muestra los instrumentos que utilizaron para la medición, fotos, planos, etc. Hay una línea donde es obligado tomarse la foto, con los pies en cada hemisferio.


El ingreso a este lugar vale dos dólares, no es muy controlada la entrada, pues Mario decidió quedarse con nosotros, y para no pagar simplemente saltó una pequeña reja y ya estaba adentro.
La verdad es que este sitio no fue muy emocionante que digamos. Peeeero, como a dos cuadras de allí queda otro lugar donde los indígenas habían establecido hace muchísimos años que era allí la verdadera mitad del mundo. Y en la actualidad con GPS han demostrado que realmente sí es ahí.

Es un sitio mucho más pequeño, se llama latitud cero. La entrada vale 3 dólares y a uno le asignan un guía, se puede hacer el tour en inglés y en español. Andrés y su amigo taxista me esperaron afuera.
Comenzaba un tour en inglés entonces hice ese, (hay que aprovechar para practicar). Conmigo estaban dos personas de Canadá y dos de Argentina, (Ya empecé a ver argentinos lindos). Fue un tour muy divertido, la guía era muy simpática y ayudó a que nos integráramos. Empezó mostrándonos algunas culturas indígenas y sus tradiciones. Vimos algunos animales que habitan en el oriente ecuatoriano, parte del Amazonas, en donde se encuentran varias tribus. (Perezosos, curíes, monitos, etc.)

Vi el famoso pez que se mete en el pene en el Amazonas (¿han visto ese programa en discovery?). y nos mostraron también como hacen los hombres para protegerse de esto. Están siempre desnudos, ponen su pene hacia arriba, y se amarran una cuerdita en la cintura como para pegárselo bien.



Hay relojes solares, y muestras de cómo los indígenas conocían la hora y la época del año en que se encontraban. Hay varios experimentos que hacen para mostrar el efecto de la gravedad en ese punto. por ejemplo ponen a la gente a parar un huevito sobre un clavo, algunos lo lograron, pero yo no.  También hay una demostración con agua del -efecto coriolis-, “éste influye sobre todo lo que se mueve en la tierra. De acuerdo a la rotación de la tierra y a la influencia magnética del sol, los cuerpos en movimiento giran en un sentido horario o antihorario”.  (esto lo saqué de un letrero).
El caso es que mostraban cómo rotaba el agua hacia uno u otro lado al ser “desaguada” en uno de los hemisferios. Pero cuando la ponían en el punto cero, no había ninguna rotación.  



Me gustó mucho, incluso hice algunos nuevos amigos.
Después fuimos a un volcán, El Pululahua; por cierto, hay como 5 volcanes en Quito, se puede subir a algunos (El más famoso es el Cotopaxi, hay muchas excursiones allí), pero sé que ese no es un destino para mi, ya me imagino sin aire los primeros cinco minutos de recorrido.
Este volcán se podía ver desde un mirador, aunque había mucha neblina, pero bueno. Alrededor del volcán hay parcelaciones y casitas.



Allí había dos niñas argentinas, y también quedamos con los datos.
Luego fuimos con ellas a un centro artesanal, cositas muy lindas, pero yo soy muy poco antojada, además no quiero más peso, ni menos plata; entonces me dediqué a mirar. Vi cómo preparaban los helados de paila, y me compré uno. 




Aproveché y llamé a mi mamá de una cabina que había por ahí muy barata. Creo que de la emoción dejé mi termo ahí, noooooo. Pero me di cuenta por que el carro en el que íbamos se le pinchó una llanta, entonces mientras esperaba que la cambiaran, busqué mi termo y no lo vi, entonces fui a ver si lo había dejado en la cabina, y gracias a Dios que sí.

Había quedado de encontrarme con un muchacho de Couch sourfing para visitar el centro. Nos encontramos en una iglesia, él estaba con otra niña colombiana. Fuimos a hacer un recorrido por el centro histórico, y él nos fue contando acerca de la arquitectura, la historia de las construcciones. Hay una calle que se llama 7 cruces, porque hay 7 iglesias por ahí. (No entiendo de donde sale tanta gente para ir a misa).

Son construcciones muy lindas, con mucha historias, y cada una tiene una leyenda. Fuimos como a un barrio que se llama La Ronda, casas coloniales muy lindas, barcitos. Probé un canelazo pero no me gustó.
Finalmente, y ya rendida, fuimos a un sitio que se llama El Panecillo, que queda en un lugar muy central de la ciudad, es altísimo, y desde allí se ve toda la ciudad de norte a sur. (Aunque ya estoy cansada de ver la ciudad desde todos los miradores que tiene). Allá me tuve que estrenar mi gorro, guantes y bufanda, por que qué frío tan horrible.

Y ya para la casa. Llegué rendida y ahí mismo a dormir. 

1 comentario:

  1. te envidio enormemente...
    kiero uno de esos tipos pa mi....
    enviame uno porfis pa aca..

    ResponderEliminar