Miércoles 19 a viernes 21 de enero
Máncora
Mi primera impresión es que huele maluco. Probablemente por que llegamos tan temprano en la mañana y mi actitud no era la mejor por que con ese cansancio nos tocó ir a recorrer todo el pueblo para encontrar un hostal.
Llegamos como a las 5 am, entramos al hostal de los argentinos y nos dijeron que no había habitaciones disponibles; allí nos recomendaron otros, dejamos las maletas ahí y fuimos a esa hora a buscar. Caminamos por ahí una hora, todavía de noche. Y en todas partes nos decían que no había cuartos, o donde había, era carísimo. Mis pobres pies, me salieron unas ampollas horribles de esa caminada.
Llegamos como a las 5 am, entramos al hostal de los argentinos y nos dijeron que no había habitaciones disponibles; allí nos recomendaron otros, dejamos las maletas ahí y fuimos a esa hora a buscar. Caminamos por ahí una hora, todavía de noche. Y en todas partes nos decían que no había cuartos, o donde había, era carísimo. Mis pobres pies, me salieron unas ampollas horribles de esa caminada.
Además no era muy seguro estar caminando por ahí a esa hora. Habíamos escuchado que robaban mucho. Finalmente llegamos a uno que estaba cerca de donde empezamos a buscar, pero no sé por qué no habíamos preguntado ahí.
Y era bueno y barato (30 soles). Ya les voy a empezar a hablar en soles; no se imaginan lo confuso que ha sido para mí, siempre soy haciendo cuentas en mi cabeza, primero lo paso a dólares y después a pesos y así. 1 dólar es más o menos 3 soles, entonces 2 mil pesos son como 3 soles.
Entonces bueno, nos quedamos ahí, llegamos derechito a dormir como hasta las 2 de la tarde. Luego estuve desatrasándome un rato de cositas, hablando con mi mamá, escribiendo un rato, aprovechando que había wifi.
Y ahí comencé a darme cuenta que Juan es un “adicto” al internet, desde ese momento no se separó del computador. Entonces me tocó tomar decisiones y hacer cosas yo sola. Afortunadamente habíamos conocido a la pareja en el bus, porque esa noche salí con ellos.
Al día siguiente (Juanito todavía en internet), me fui con ellos y otras personas del hostal de ellos para una playa cercana, punta sal; estuvimos ahí en la tarde, cada uno llevó cositas para comer, ellos tomaron mate por que a ninguno le puede faltar y andan con eso pa’ arriba y pa’ abajo.
Hablamos de muchas cosas; polìtica que no puede faltar, pero en momentos como ese generalmente me quedo callada, escucho y pienso en Vero, esperando que estuviera conmigo. jeje.
Hablamos de muchas cosas; polìtica que no puede faltar, pero en momentos como ese generalmente me quedo callada, escucho y pienso en Vero, esperando que estuviera conmigo. jeje.
Nos devolvimos al hostal, estuvimos en la piscina y fuimos a comer a un lugar tan especial, era comida de mar, y aunque no me gusta, pues hay que probar, y más con la fama que tiene Perú de su gastronomía. Ahí logré convencer a Juan para que se desconectara un ratico y fuéramos juntos.
Yo solo probé, pero me gustó mucho todo, eran unas “conchas”, langosta, salsa de anguila, etc. Les cuento que todo era delicioso. El lugar era especial porque era muy sencillo, pero toda la comida es ahumada, entonces hay dos cuartos especiales para eso. El dueño nos contó muy emocionado todo el proceso, se le notaba la pasión por lo que hace.
Me acosté súper cansada ese día y dormí muy rico. Al día siguiente no hicimos mucho, piscina un ratico y nos fuimos. Yo ya quería continuar hacia mi próximo destino: Tarapoto.
Máncora entonces fue un buen destino, pero después de todo lo vivido en Montañita, tenía expectativas muy altas.
Miren este perro diabólico tan miedoso casi me ataca. Hay muchos por acá, de hecho se llaman: "Perros peruanos"
hahahaha "Casi me ataca".
ResponderEliminareso sonó muy yo.
te amo hermana♥
Claro hermana, siempre pensando en ti.
ResponderEliminar¿Cómo te parece ese engendro?
Que montón de anecdotas Any...que riko...Cada día me siento más orgullosa de ti...Te quiero muchoooo....
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