Viernes, 7 de Enero
Hoy me levanté como a las 10 am, dormí muy rico. Me fui a llamar a Camilo para ver qué hacía. Me dijo que llegaba por ahí a las 5 y media, que me fuera un rato para su oficina. Me tomé un café con leche, y pregunté cómo llegaba a la dirección que me dio Cami. Pero pocas personas aquí parecen tener certeza de las respuestas que dan; por ejemplo, una de las personas a las que les pregunté cuanto me demoraba en llegar a donde iba, me dijo: “mas o menos 40 ó 20 minutos”. Entonces mejor le pregunté a muchas personas, además tenía que decidir qué coger, si taxi o bus. El taxi me decían que valía por ahí 10 dólares, y el bus 25 centavos, entonces pues no había mucho qué decidir. Aunque debía tener en cuenta que cuando me bajara del bus tenía que caminar unas 3 cuadras.
Entonces me arriesgué, al frente del hostal esperé el bus, y dos policías que había ahí me ayudaron a cogerlo. El bus paró como una cuadra adelante, y esa fue mi primera corrida con la maleta, y en subida. Era tan charro, yo tratando de impulsarme y la maleta tirándome para atrás.
Un señor del bus me ayudó a subir, todo el mundo me miraba tan charro, tan encartada, casi que no me quito las maletas (porque a propósito, llevo la grande, donde llevo toda la ropa, y una pequeñita donde llevo el computador, la cámara, billetera, etc.).
El señor que iba a mi lado comenzó a preguntarme que de donde era y a servirme de guía, si pasábamos por un hospital, (y yo obviamente podía leer) el señor me decía: “mire este es un hospital”, jeje, hermoso. Y además me contó que conocía como a dos personas en Medellín y me decía los nombres como si yo los fuera a conocer. Hasta me dio su teléfono para invitarme a comer una “fritada”. Todavía no sé que será una fritada, pero aquí en todas partes gritan: “fritada, fritada”. Pero como está mi estómago, solo la palabra me molesta.
Les cuento que mi estómago está raro, quiero comer y tengo hambre, pero no me provoca nada.
Como les iba contando, entonces me indicaron donde bajarme, empecé a preguntar con la dirección hacia donde caminar, fueron como 5 cuadras, las más eternas de la vida. Ya odio la maleta. Al llegar a la tal oficina tuve que subir 4 horribles pisos, me provocaba tirar esa maleta por las escalas. Por fin llegué, me tomé un vaso de agua, y poco a poco fui recuperando el aire. (por cierto, desde que llegué a esta ciudad pregunté si se podía tomar el agua, y me dijeron que sí, y pues hasta ahora todo está bien, gracias a Dios).
Dejé la maleta ahí, y me fui para un centro comercial como a 3 cuadras (El jardín), y fui directo a Mc. Donalds; necesitaba comer algo familiar, me compré una hamburguesa y una gaseosa pequeña, sabía que no iba a poder comer mucho. Esta era mi primera “comida de verdad” desde hacía más de un día. Generalmente como muy despacio, y esta vez no fue la excepción, me demoré como una hora para comerme esa mini hamburguesita, casi que no soy capaz; pero sabía que necesitaba recuperar fuerzas y tratar de que mi estómago vuelva a la normalidad. Les voy a ir contando también algunos precios para que hagan relaciones. La hamburguesa costó US 1.40 y la gaseosa 0.95, un poco más barato que en Colombia.
Los centros comerciales son muy modernos, tiene todos los almacenes y restaurantes que se puedan imaginar, y viven llenos de gente.
Bueno, después de comer me fui con la novia de Camilo a recogerlo al aeropuerto, es una vieja de Pereira que vive aquí hace como 7 años, muy querida, es en su casa donde me estoy quedando.
En la noche fuimos a un lugar que se llama la plaza foch, es como decir el lleras, no me emocionaba mucho, pero pues hay que conocer de todo. Había muchos barcitos, restaurantes, y la gente como muy “play”. Llegaron unos amigos de ellos, conversamos un rato y pa’ la casa.
Mi Any: me alegra que todo marche bien, le pido todos los días a papito Dios por ti, te mereces lo mejor del mundo... cuando comencé a leer, me dio nostalgia, al saber que ya estás lejos de estas tierras, pero luego, al saber que estás bien, y que te están pasando tantos cosas buenas, me alegré por ti...pues si tu estás bien, yo tb. Cuando lleguen esos momentos de angustia y soledad, mira al cielo... piensa que ese mismo cielo te une con los seres que mas te amamos (tu familia y amigos). te quiero mucho.
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